Corazón de cartón

Cúantas veces he oído el término de corazón de cartón... no se bien por qué, pero lo único en lo que podía pensar era en pequeños personajes llenos de grietas, por las cuales se colaban muchas tonalidades de gris. Eran seres oscuros pero con los ojos llenos de luz. Marionetas de cartón, guiadas por un hilo imaginario. Seres mutantes, programados, escondidos en el patio trasero de nuestras casas, cerca de la humedad y de los contenedores de basura.

Corazones de cartón hay muchos, pero estos seres tan sólo desean ganarse la vida, de alguna forma u otra.

En Perú, la palabra reciclar está siendo poco valorada. Da igual arrojar una batería, un recipiente plástico o una lata de cerveza en la misma bolsa de basura. Da igual. Porque sabemos que uno de los "seres"... pequeños corazones de cartón, vendrán en su búsqueda. Y hallarán un tesoro.

Una lata, es un caramelo. Diez empaquetaduras plásticas son un pan. Treinta botellas un plato de arroz.

Aquellos que hoy lloran y escurren los tonos más grises en sus ajadas y sucias vestiduras. Son aquellos que rodean la puerta trasera de tu casa.. son aquellos que no dejan rastro de tu deliciosa cena. Son aquellos guiados por el hambre, por la necesidad, por sus ganas de no ser más las marionetas guiadas por los hilos de la pobreza. Son aquellas marionetas de cartón con el corazón más rojo del mundo.

Canción "Marionetas de cartón" por Los Iracundos.

"La basura no sólo es generadora de contaminación en diversas
ciudades sino que miles de peruanos en situación de pobreza extrema obtienen sus
recursos económicos de los basurales, exponiéndose a todo tipo de enfermedades y
peligros.
Se estima que sólo en Lima hay cinco mil familias dedicadas al
reciclaje informal y en todo el país alrededor de 20 mil."

Your woman - White Town

Y al final, el lobo con piel de cordero decidió quitarse el disfraz y lo único que dejó fueron restos de un amor casi carcomido, puesto que él lo eligió así. Siempre dije que no era bueno confiar tan ciegamente, más aún si él no había determinado en donde estaban hasta ese entonces. La relación fue larga, las risas también, los orgasmos ni que decir, pero a esta fabulosa suma de dichas se adicionaron sus mentiras, sus desvíos, su poco compromiso con ella. Hasta que así, al final, con todo el dolor del mundo; con todo el dolor que dajan las heridas de un amor que seguía ardiendo, lo dejó. Y le dolió, y le duele. Pero al final ella supo que no podía ser para ella... Que nunca sería suyo.

Esta canción en particular de la formación tecno-pop White Town (obra de Jyoti Mishra) que alcanzó popularidad, sobre todo en Reino Unido en enero de 1997, es la mejor forma de musicalizar la triste historia de una buena persona que no merecía que aquel "lobo con piel de cordero" jugara con sus sentimientos, para al final darse cuenta de que no valía la pena estar ahí, por él y para él, cuando esa entrega nunca fue mutua.