Parece que nunca me canso de escuchar esa palabra. Lo lúdico, lo extraño, lo prohibido, toca a mi puerta una noche si, otra noche no, como queriendo hacerme sentir ganas de más, de querer jugar hasta el amanecer. Hace mucho tiempo ya, que dejé los juegos de niños (aunque mi mente me remite a situaciones amenas y llenas de dicha de la juventud). Elaborar una estrategia es lo primero que se debe hacer para poder llevar a cabo un juego perfecto. Las tácticas a emplear son muchas veces las que definen quien será el ganador, o si a lo mejor se puede aceptar un empate. Niño, no más juegos, te lo pido si quiera por esta vez. Ya más adelante he de cumplir mi promesa, ¿vale?. Ahora déjame regocijarme porque sé que no he perdido, si no que he ganado. Las cartas dibujan todas ases, así que no hay nada que perder.
Y si, yo también siento lo mismo.
1 amigo(s) dice(n):
Los "niños" Juegan y se dicen que se quieren... El juego, el amor... El amor, el juego... Pero puede que esto sea mucho más que un simple "sólo amigos"... La vida pasa muy despacio y el juego sigue cada vez más intenso, como la pasión que desencadenó esto.
Yo siento a Mar decir "¡Me atrevo!" y yo mismo me atrevo a decir "¡Me atrevo!"
No sé de que tipo es esta historia (de amor) original...Me gusta pensar que esta historia le podría haber pasado a cualquiera, me prodría haber pasado a mi, si no fuera por la monotonía a la que tendemos de hacer todo como lo hace el 99% de la gente. Por eso jugar me parece arriesgar y saber que puedes ganar. Hoy estamos demasiado socializados...pero menos libres!...Mi querida MAR, tenemos Toda una vida para decir "TE QUIERO”".
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