lunes, noviembre 20, 2006

Kubrick II

Continuando con el post sobre Stanley Kubrick, debo de añadir otras de sus películas, consideradas como obras "de culto".
En los años setenta el director, entrevió lo que deparaba el cine del momento: realismo y violencia. Así que, sin apearse del todo de la ciencia ficción, adaptó la novela de Anthony Burgess, "La Naranja Mecánica" (A Clockwork Orange) en 1971. La cinta cuenta la historia de Alex, un joven violento cuyas únicas distracciones son la violación, la ultraviolencia y Beethoven. Las violentas imágenes de la película y una desgraciada serie de actos vandálicos que imitaban a la película hicieron que Kubrick presionara a la distribuidora para que retirase la película de los cines británicos. Las amenazas que recibió hicieron que el director se recluyese aún más en su mansión de la campiña cercana a Londres.
Al no poder realizar una película sobre Napoleón Bonaparte, en la que pensaba recrear fielmente las batallas más importantes libradas por el dirigente francés, plasmó todo el trabajo de preproducción que había hecho para hacer su siguiente película, "Barry Lyndon": la historia de la ascensión y caída de un muchacho en la Europa del siglo XVIII. La crítica tildó la cinta de aburrida y demasiado clásica, pero fue una de las películas más apreciadas por Kubrick, y en la que probablemente puso más empeño. Los interiores se rodaron exclusivamente con la luz de las velas, gracias a unos objetivos especiales de la casa Carl Zeiss (abertura máxima de f/0,7) que había comprado a la NASA. Pero las críticas y el fracaso comercial hundieron un poco a Kubrick.

Por ello acudió a Stephen King, un autor de éxito, en un género con "jale" en ese momento: el terror y el suspenso. A partir de la novela homónima del escritor estadounidense (que siempre criticó la versión que Kubrick había hecho de su novela, que probablemente superó ampliamente a ésta en cuanto a tensión y ambigüedad). Reescribió el guión junto a Diane Johnson, y el resultado fue "El Respandlor" (The Shining) de 1980, una película de terror considerada una de las mejores del género.

Tras El resplandor Kubrick no sabe bien qué hacer, y tienen que transcurrir siete años hasta que aparece su siguiente película, "Full Metal Jacket", en 1987, que trataría sobre la guerra de Vietnam. Nuevamente el realizador adivina que el futuro de Hollywood está en películas que analizarán, desde distintas perspectivas, la participación de EE.UU. en Vietnam, aunque su lentitud en rodar hace que películas como "Platoon" (1986) le adelanten en su fecha de estreno. El rodaje fue un auténtico infierno, con un Kubrick que repetía cientos de veces la misma toma, y que reescribía el guión sobre la marcha. Con "Full Metal Jacket" recuperaría el prestigio como director que hace ganar dinero a su estudio, pero sobre todo se comenzarían a publicar biografías y estudios sobre su cine, convirtiéndolo en un director de culto.
Tras esta película Kubrick comenzó a barajar un par de proyectos. En primer lugar, Inteligencia Artificial, la historia de un niño robot abandonado por su madre. Kubrick siempre había querido adaptar el relato de Brian Aldiss, pero hasta que no vió, Jurassic Park (Parque Jurásico) (1993), de su amigo Steven Spielberg, no supo que la tecnología necesaria para su película estaba por fin a su alcance. También estaba interesado en Aryan Papers, una película sobre dos refugiados judíos durante la persecución nazi. Sin embargo, de nuevo Spielberg se cruzó en su camino con La Lista de Schindler (1993). La semejanza con su propio proyecto le hizo desistir.

Finalmente Kubrick realizó "Eyes Wide Shut" (1999), basada en la novela de Arthur Schnitzler, película que disecciona la sociedad actual a partir de la psicología de sus personajes, una pareja de neoyorquinos de clase alta que viven aparentemente una feliz vida en común, pero que en sus sueños y fantasías se muestran como son realmente. El pesimista final de la película (nada tradicional, como han dicho algunos críticos) rubrica el final de una dilatada carrera en el tiempo, aunque escasa en el número de películas.
Días más tarde de acabar de presentar la película, Stanley Kubrick moría en su cama de su mansión de Londres de un ataque al corazón. En pocas ocasiones la muerte de un director de cine ha ocupado tantas portadas como lo hizo la de Kubrick.

1 amigo(s) dice(n):

Anónimo dijo...

Excelente articulo de uno de los innegables grandes del septimo arte.... Kubrick fue genial tanto como su obra... a pesar del perfeccionismo y su mal humor.... peliculas totems... genial....

 
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