lunes, noviembre 06, 2006

Son de Mar

Al fin pude ver la película que tanto estaba buscando en las tiendas. Son de Mar, es una película cargada de emociones fuertes y de sentimientos enocontrados. A mi me encantó, espero que a uds. también.
SON DE MAR
Pasión Mediterránea
Bigas Luna vuelve a reincidir en dos de sus obsesiones más reconocibles, el sexo y la gastronomía, para contarnos una historia donde el mar (y su son) es el telón ideal. Dice el director que "cuando voy a escribir en mis archivos el título Son de mar, siempre pienso que sólo pondré Son, que es breve y contundente, pero al escribirlo nunca puedo dejar de añadir el De Mar.""No puedo vivir sin el mar. Con el mar tengo una relación como con la pasión, no puedo vivir sin ella. Pero todo este amor se convierte en pánico cuando estoy dentro del mar, como me ocurre con las pasiones. Tengo cierta prevención a las tormentas inesperadas, prefiero la orilla, la sensualidad y el sol. Cuando las nubes se acercan, me gusta mirar las tormentas, pero desde mi casa. Las que me han pillado en alta mar no las olvidaré nuinca, me han dejado hecho polvo"."Son de mar es la historia de una tormenta, de una pasión de esas de alta mar, que todos deseamos pero que si la encuentras mejor que te pille con un salvavidas".
Ulises (Jordi Mollá) llega a un pequeño pueblo costero para ser el nuevo y flamante profesor de literatura del instituto local. Nos encontramos en el final de verano. Allí descubrirá el Mediterraneo a través del mar, y de las deliciosas patatas fritas que le prepara una chica, Martina (Leonor Watling). Ulises, evidentemente, cae rendido ante el olor a fritanga de la chica. Martina, por contra, cae hechizada por las historias que él le cuenta. Ambos se enamoran perdidamente, tan perdidamente que él una noche sale a pescar atunes (?) en su barco y se pierde en el horizonte. Martina, embarazada, busca una salida por lo que se casa con Sierra (Eduard Fernández), un rico constructor local. Cuando Martina se siente cómodamente instalada en esa vida de lujo, Ulises reaparece, ya se ha encontrado, porque no ha podido olvidarla. Martina encierra a Ulises en lo alto de un rascacielos sin terminar, desatándose una pasión al más puro estilo Bigas Luna. Pero como en cualquier triángulo pasional (ya sea isósceles, equilatero o escaleno), el destino deja un estrecho hueco para la felicidad.

He cruzado los siete mares para saber que no puedo vivir sin ti.

2 amigo(s) dice(n):

Anónimo dijo...

He cruzado todos los océanos de este mundo para saber que no puedo vivir sin ti.

Mar dijo...

Quien eres U.A? Es por "un admirador?"

 
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