Al partir un beso y una flor un te quiero, una caricia y un adiós... Así decía Nino Bravo y asi siento que suceden las cosas. El continuo ir y venir, el continuo paso del tiempo y siguen las despedidas y siguen las bienvenidas. Desde pequeña creí que todos vivíamos en un mundo de felicidad en donde las familias nunca se desintegraban, donde tomar la leche con chocolate era el mejor de los momentos de la tarde y en donde los adioses no existían. Creo que me equivoqué en mucho o en todo mi concepto. Pero me di cuenta que es parte de crecer. De que el tiempo cura las heridas del alma, de que así como cuando hay pelea se debe rescatar el lado bueno de ello, que es la reconciliación.
La distancia física duele, sobre todo si se ama. Duele si es una parte de tu corazón la que no está. Hay que aprender a resignarse a los adioses y a seguir adelante, en especial cuando sabes muy dentro que no es mas que un hasta luego...que no es más que un breve adiós.
lunes, marzo 27, 2006
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