martes, diciembre 12, 2006

No todo esta en la mente

No todo está en la mente

CUESTA ABAJO


Las cifras sobre la frecuencia de disfunción eréctil no pueden precisarse con certeza ya que es uno de los trastornos por los cuales el hombre se siente más cohibido. Algunas estadísticas estiman que afecta a 150 millones de hombres en todo el mundo, cifra que se duplicará en el año 2025, debido a una expectativa de vida mayor.

¿Sabía usted que prácticamente todos los hombres presentan una dificultad ocasional para lograr o mantener una erección? ¿Sabía también que cuando un hombre promedio tiene dificultad para lograr mantener una erección más del 25% de las veces, ya es considerado un problema? Todas estas interrogantes convergen en la temida palabra: Disfunción Eréctil.

Un problema de erección es la incapacidad de lograr o mantener una erección que sea lo suficientemente firme para que un hombre tenga una relación sexual plena. Es posible que el hombre no pueda lograr una erección en lo absoluto o que la pierda antes de estar listo para la eyaculación. Si la condición persiste, el término médico es disfunción eréctil.

En el pasado, los problemas de erección se denominaban como impotencia, del vocablo latino impotentia (falta de poder o fuerza). Con el paso del tiempo, este término ha venido adquiriendo una connotación peyorativa, sobre todo si se tiene en cuenta que muchos hombres creen, de manera equivocada, que erección es igual a virilidad y que, por ende es marca de masculinidad.

En el año 1993, y teniendo en cuenta las recomendaciones de la comunidad médica en general, la Conferencia de Consenso de los Institutos Nacionales de Salud de los Estados Unidos, reemplaza el término impotencia por el de disfunción eréctil, denominación que poco a poco a ido ganando terreno, al punto que en la actualidad, la mayoría de las personas reconoce que se trata de sinónimos.

Una forma de saber si la causa es física o sicológica, es determinar si el hombre tiene erecciones nocturnas. Normalmente, los hombres tienen entre 3 y 5 erecciones por noche, cada una de las cuales se prolonga por 30 minutos. El médico puede explicarle al paciente cómo practicar una prueba para averiguar si tienen la cantidad normal de erecciones nocturnas.

EYACULACIÓN PRECOZ VS. DISFUNCIÓN ERÉCTIL

En el pasado, se creía que los problemas eréctiles estaban “en la mente del hombre”. Generalmente, los hombres recibían un consejo que poco ayudaba, tal como “no se preocupe” o “simplemente relájese y va a pasar solo”. Actualmente, los médicos creen que cuando el problema no es pasajero o no se soluciona por sí solo, generalmente la causa son factores físicos.

En lo que respecta a los diversos tipos de dificultades sexuales, resaltan dos de ellos. La eyaculación precoz y la impotencia.

La eyaculación precoz (cuando se llega el orgasmo rápidamente) es el problema sexual más común en los hombres. La mayoría sufrirá este trastorno en algún momento de sus vidas, sin que deba considerarse preocupante. Sólo se convierte en un problema cuando ocurre en la mayoría de los encuentros sexuales.

Las personas que en algún momento de sus vidas han padecido de este problema, piensan que en el futuro obligatoriamente padecerán de disfunción eréctil. Pero esto no es así, la eyaculación precoz es diferente de la impotencia. Y no necesariamente uno es consecuencia del otro.

La infertilidad masculina también es muy diferente de la impotencia. Un hombre que no es capaz de mantener una erección puede tener un desempeño perfectamente normal en otras situaciones y puede ser muy capaz de producir espermatozoides suficientes que pueden fertilizar a la mujer. Un hombre infértil puede ser capaz de tener relaciones sexuales con normalidad, pero puede ser incapaz de tener un hijo debido a problemas de conteo de espermatozoides u otros factores. Cualquiera que sea el caso que se padezca, no afecta el deseo sexual del que lo padece.

JUVENTUD DIVINO TESORO

Si bien es cierto, cuando hablamos de disfunción eréctil existe una tendencia a asociarla con una figura masculina adulta, sin embargo debemos de saber que los jóvenes no están exentos de padecer dicho problema. Los problemas de erección pasan a cualquier edad y en cualquier momento de la vida.

Las causas físicas tales como, la diabetes, hipertensión, las condiciones cardíacas y de la tiroides, la deficiencia circulatoria, el nivel bajo de testosterona, lesiones de la médula espinal, los nervios dañados –por ejemplo, por una extirpación de próstata- y los trastornos neurológicos –como la esclerosis múltiple o la enfermedad de Parkinson-, son más comunes en los hombres de mayor edad; mientras que las causas sicológicas, como el estrés y la ansiedad, son más comunes en los hombres jóvenes.

La edad avanzada no implica una condena a no disfrutar del sexo. Si esta capacidad se ha perdido con el paso del tiempo hay que recordar que existe tratamiento.

La disfunción eréctil es consecuencia muchas veces, de la falta de comunicación en la pareja. Las parejas que no pueden comunicarse, no pueden hacer el amor. A los hombres que tienen problemas para hablar de sus sentimientos les puede resultar difícil compartir cualquier motivo de ansiedad sobre su desempeño sexual. Si el hombre se reserva las preocupaciones, es más probable que pierda la erección.

¿QUÉ HACER?

En muchos casos, es una condición temporal que desaparece con poco o sin tratamiento alguno. En otros casos puede ser un problema progresivo que puede dañar la autoestima del hombre y afectar su relación de pareja y, por lo tanto, requiere tratamiento.

Es bueno saber, que existen en el mercado múltiples medicamentos, encargados de “ayudar” en esos momentos difíciles del hombre, y por qué no decirlo de la pareja.

Entre ellos se encuentran: El sildefanil (Viagra), el vardenafil (Levitra) y el tadalafil, que son prescritos para las dificultades eréctiles de leves a moderadas, ya sea de orden físico o psicológico. Aunque estos fármacos se han vuelto extremadamente populares, no son “la panacea”, ni tampoco mejoran las erecciones si el hombre que las toma es impotente y es importante saber que SÍ tienen efectos secundarios.

También debemos tener en cuenta que los problemas de erección pueden tener su origen en un medicamento recetado debido a algún tipo de condición médica. Es posible que el hombre se beneficie con una reducción de la dosis o cambiando a otra droga con la misma acción pero sin este efecto colateral. NO se debe modificar ni interrumpir un medicamento sin antes consultar con su médico.

Según sean las causas, la consulta médica resulta fundamental para obtener una evaluación y así poder efectuar el procedimiento adecuado. Se debe precisar que la comunicación es un factor decisivo al momento de tratar el tema, ya que muchos hombres en lugar de hablar y buscar ayuda, se refugian en su problema, aumentando un sufrimiento inútil, pues la mayoría de los casos de impotencia pueden ser tratados con todo éxito.

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