sábado, enero 13, 2007

Las marcas imborrables

Empezó el verano ya hace mucho. Y eso no me puede favorecer. No en el sentido de que no pueda beberme los refrescos fríos, ni el que pueda dejar de dar visitas al parque, a la playa o a donde quiera que aquella bola de fuego me pueda acompañar. Si no que mas bien es por el hecho de no querer decepcionar a mi madre. No se los he contado, pero en el año 1998, me hice mi primer tatuaje. Era un corazón encerrado en figuras tribales (figuras semejantes al fuego). Me lo hice en un afán de "sacarme la duda", quería sentir cómo era hacerse un tatuaje, quería tener un recordatorio de aquella época, que para mi indicaba libertad.




El mismo día que lo hice, se enteró mi madre. No quería que se enterara por otras personas. Así que se lo dije, y me dejó de hablar por dos semanas. Ella no lo podía creer, mi personalidad no era de tatuajes ni de acciones osadas. Imaginen qué extraños pensamientos pueden pasar por la mente de las madres sobre todo cuando sienten que sus preciados bebés, son de alguna manera "dañados". Me dolió mucho que no me hablara, puesto que en aquel tiempo lo que más necesitaba era una frase de apoyo y un abrazo.


Con el tiempo lo del tatuaje pasó a segundo plano, pero siempre quedó el resentimiento de su parte. A lo mejor fue también porque no se lo consulté y ella resentía eso, que no le consultara las cosas.


El año pasado, me dejó mi novio. Luego de casi tres años de estar juntos y a la vez separados, decidimos que lo nuestro no iba más. Me sentía perdida, sentía que el dolor que destrozaba hoy mi corazón tenía que ser aliviado de algún modo. Un nuevo tatuaje, símbolo de esta nueva etapa de "libertad" y de autodeterminación podía mermar mi dolor. Tenía la necesidad de sufrir... para no sufrir. Valió la pena, el caballito de mar es libre ahora en el mar de mis recuerdos, de mis proyectos, de mi vida.



El verano me agobia. Mi madre no sabe aún de este tatuaje, he sabido esconderlo bien y ser reservada. Me aterra ponerme faldas y que se note (el tatuaje se encuentra en mi pierna), no quiero que sufra, no quiero decepcionarla nuevamente. No quiero decepcionar más.




3 amigo(s) dice(n):

RatWulf dijo...

Joer, como brilla el caballito....pero bueno, uno tiene una edad, y digo yo que podrá hacer lo que le venga en gana...mal que le pese a los padres...

Anda que no les fastidió a los mios que me dedicara a hacer "dibujitos"...pero bueno...nuestra vida, nuestras decisiones.

Besos señorita (ya te voté in the morning ;))

Mar dijo...

GRacias jerjes. Tienes toda la razón en que uno ya es grande para decidir lo que quiere, pero a veces nuestras decisiones dañan sin querer, y el saberlo es lo que más duele. Te aseguro que tus padres están muy orgullosos de ti. Como espero los mios estén de mi. Además que tu arte es único y muy bueno (sin hacer pelota eh). Gracias por su voto mi buen niño croqueta. Yo hago lo propio.

Besos: Mar.

Unknown dijo...

Decepcionar?? Mi reina! Tu?? Rrorris! Tu ya te ganaste el cielo! Asi k a estas alturas puedes hacer lo k kieras con kien kieras jaa!! Yo primi!!!!

 
Header Image from Bangbouh @ Flickr